En columnas de indignados, maestros de la Coordinadora Nacional de los
Trabajadores de la Educación (CNTE), organizaciones sociales y
populares, así como activistas de diverso signo, se movilizaron en las
calles de la capital mexicana en repudio al uso de la fuerza de la
Policía Federal que resultó con varios profesores heridos,
detenidos y desalojados de un plantón que sostenían en oposición a la
contrarreforma educativa del gobierno.
La marcha salió desde el monumento de la Estela de Luz hacia el
Monumento de la Revolución en la zona céntrica de la Ciudad de México.
Se unieron a la actividad estudiantes de la Universidad Nacional
Autónoma de México, sindicalistas electricistas del SME, el Movimiento
de Jubilados y Pensionados, así como ciudadanos indignados por el uso
del monopolio de la violencia estatal. Algunas otras manifestaciones de
apoyo se realizan en varias plazas del interior de la República.
El pasado viernes 13, Manuel Mondragón y Kalb, Comisionado Nacional de
Seguridad, dio ultimátum a los maestros para desalojar la Plaza de la
Constitución conocida como el Zócalo, en pleno centro de la ciudad. A
las 4:00 p.m., 3.600 policias
irrumpieron por calles aledañas para tomar el control del lugar, seguido
por una desmedida represión contra los manifestantes en operativos terrestres
antimotines, helicópteros que sobrevolaron por la zona y tanquetas lanza agua de dispersión social.
Los maestros han
convocado a retomar la Plaza de la Constitución y a reactivar un
movimiento nacional contra la privatización de la educación básica;
contra una reforma laboral desde adentro, es decir, la flexibilización
laboral de los profesores; y contra la evaluación externa como una
suerte de presión administrativa y gerencial de la enseñanza.
El titular del poder ejecutivo, Enrique Peña Nieto, presentó el 11 de
diciembre pasado la reforma educativa y desde entonces el magisterio
independiente mantiene movilizaciones sociales de oposición en todo el
país.
Ante la represión de la que han sido objeto en los
últimos días, los maestros se mantienen en alerta máxima. Para ellos es
impostergable relanzar una política de alianzas, movilizaciones de calle
más allá de su gremio y unirse al descontento generalizado en el país
para revertir la campaña de deprestigio del gobierno.
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